La oscuridad la tapaba con su manto.
Ella se sentía vulnerable y asustada. Temblaba y recordaba la luz que
hacía meses que no veía. Llevaba mucho tiempo viviendo entre sombras y
no había nadie que pudiera hacer nada para salvarla de tan nefasto
destino.
La cuenta atrás había empezado, en pocas horas se presentarían dos
guardías ante las puertas de su celda dispuestos a cumplir con la
condena que le había sido impuesta.
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